A David le gustaban mucho los animales, así que pidió un león para él. El león solo obedecía a David y ese mismo día fue Daniel a tocarlo, pero el león le arrancó un brazo y Daniel perdió mucha sangre. Fueron corriendo en busca del anciano, éste le puso con un trozo de tela un torniquete. Al cabo de un tiempo el anciano se dio cuenta de que los niños tenían una piedra mágica. El anciano le quería quitar la piedra mágica a los niños para pedir un deseo.
Por la noche entró en la casa de los niños. Los niños estaban dormidos y el anciano aprovechó para coger la piedra mágica. Al día siguiente los niños se dieron cuenta de que la piedra mágica había desaparecido, fueron a casa del anciano y vieron la piedra encima de la mesa. David llamó a su león para que matara al anciano por haberles robarles la piedra mágica, pero el anciano pidió una escopeta para matar al león y a los niños. Éstos corrieron a su casa a por su escopeta. El anciano consiguió matar al león y también a Daniel. En ese mismo momento David aprovechó para matar al anciano, para así vengarse por matar a Daniel y a su león. David cogió la piedra y pidió que Daniel resucitara. Cuando Daniel despertó de la muerte se fueron a su casa.
Al día siguiente fueron a dar un paseo y se encontraron con un castillo, pudieron entrar y se quedaron con una habitación para vivir allí para siempre.
Daniel Alcaide García y Daniel García Ramos.
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